Ir al contenido principal

Que te quieras.

Que te cuides. Empezar por lo importante es darte cuenta de que no vas a saber cómo terminarlo. Si de verdad quisieras ser feliz no te tratarías así. Que te rías. No hagas lo que te dé la gana, eso ya es obligarte a hacer algo. No hagas nada de lo que te digan, ni mucho menos lo que no. Que digas que sí. Agacha la cabeza y vuélvela a levantar, no gastes ni aire. Sé más paciente que enfermera. Que no todo es tan feo. Aprende a mirar hacia arriba, coquetea contigo misma en el espejo, dile al miedo que te invite a una cerveza. Que seas feliz. Ya has sido triste, has sido complicada, melómana, demasiado crítica, infravalorada, niunamás. Te toca mover los dados. Róbalos, llévatelos a casa. Sáltate las casillas, saca un cinco, haz el pino del revés. Grita. Que quiero que grites. Mójate los labios, alborótate el pelo, siéntete sumisa por ninguna vez en tu vida. Que vivas. Deja atrás todo lo que venga por delante, dile que eres más rápida, que te tropiezas por correr demasiado pero te levantas con sangre en las ganas. Las ganas también se dañan. Disfruta un poco. Cállate la cabeza, la boca siempre en guardia. Pinta. Haz borrones con las facetas malas de tu vida, hay cosas que no se pueden eliminar del todo. Dibuja encima a un niño pequeño, hazlo sonriente, como si le importara una mierda ser un dibujo y no real. Toma ejemplo. Emborráchate. Échale sal a los domingos y date un respiro, si haces caso compártelo conmigo. Juega con los sentimientos. Los sentimientos también se aburren. Sé lo que te dé la gana, pero si te la da; no la pierdas. GANA. Porque es sinónimo de PIERDE, sino que se escribe en una lengua totalmente distinta a la tuya.

Comentarios

Entradas populares de este blog

A mi pesar.

 Me ha tocado ser indeleble. Adoptar al viento por la envidia del levante y la ley de la atracción que supone manejar el campo de visión que se me otorga a casi trescientos sesenta grados. Nunca tengo la periferia cubierta del todo. Siempre hay un atisbo, un espejo en ángulo muerto, un visor retro que me dice hasta cuándo estuve y la escala del cómo.  Ahora me ha dado por diseñar gráficos para comparar mi vida y obtener las malditas analíticas de cuánto he mejorado desde que nos despedimos. Lo jodido es que lleva casi un año sin actualizarse porque no tengo tiempo para pararme a pensar. Estoy mejorando, pero no sé medir la velocidad ni los peldaños. No sé en qué flaqueo ni lo que supero con creces. Mi vida es una expectativa. La realidad es que estoy cómodo, no sufro de más pero no dejo de sentirme insuficiente. La diferencia es que es muy diferente. Antes tendía a echarme a llorar y ahora suelo atenuar la importancia hasta alterar la indiferencia que me causa con respecto al ...

Ya no quiere ser fuerte.

Ya no salta. Piensa que se ha hecho mayor y que ya nadie quiere jugar a ser el astronauta que va saltando sobre sus lunares. Dice que está triste, que el mundo está triste. Y eso la hace estar más triste aún. Se le ha escapado una sonrisa, corred y pedid un deseo. Deseo no estar aquí. Deseo ser libre atada a sus brazos. No me acuerdo, pero era preciosa. Y educada, siempre me preguntaba si quería echar otro. Adivinadlo, no estoy hablando de pitis. Cuando el sol se pone su mundo se agita, se vuelca, se consume. No se siente capacitada para vivir sola, y define sola: sin ti. Mira por la ventana buscando excusas, un viento que venga con propósitos y dos cojones para reformar su corazón, su cajita fuerte. Grita a sabiendas de que no la escuchan, pide auxilio en voz baja porque no quiere que nadie la suba a su espalda. Le dan miedo las alturas, pero volar es su hijo pequeño, el amor arcano del que no ve sólo porque no quiere ver. Hace laberintos en su mente, se pierde por un mundo que...

Bajo cero.

Apostaría y empezaría todo esto por el final, pero  las cosas se complican si tu ya no estás en mis finales. Si ya después de despedirnos no miras atrás por si yo también  lo hago. Porque lo hago.  Las cosas tropezaron cuando, por inercia, dejaste de ver al mundo como  nuestro reflejo al pisar un charco.  Nos hicimos polvo cuando  el invierno decidió ponerle un  grado menos a todo esto, cuando el brillo de tus ojos  se disfrazó de querer seguir aquí, mientras todo el resto de tu cuerpo había salido corriendo.  Porque el hielo quema, y tu risa da vida.  La suerte habla por ahí de ti, y vaya si da envidia.  Empezar por querer, y querer acabar por quererse.  Ojalá el amor fuera poesía, chocolate, películas y palomitas.  Y no tú, ni las caricias porque sí. Me cuesta mirar a través de ti, y si te quitas del medio me quedo ciego. Será cierto que no quise darme la vuelta, pero es que tu paisaje era tan bonito. No sé, por estas co...