Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de octubre, 2015

Razón 46 para equivocarse.

Se la oye palpitar a lo lejos. Está nerviosa, no sabe qué hacer pero sabe perfectamente lo que debería hacer. Y no lo hará. Porque tú no quieres que lo haga. Porque no quiere hacerlo. Porque uno mas uno son dos y ella pierde la cuenta cuando no estás a su lado. Y claro que tiembla, tiembla tanto que hace frío allí, donde no quieres que se vaya. -dame la mano, voy a llevarme al lugar más maravilloso del mundo-. Y no se sueltan. O es lo que imaginan. Su pulso se acelera. Alguien de dentro quiere salir pero el semáforo lleva demasiado tiempo en rojo. No se atreve a cruzar, a caer, a levantarse. No quiere mancharse los pies de barro, ni jugar a ser la princesa del cuento que jamás le contaron. Pero allí está, con las manos en la cabeza, pensando en el maldito gato negro con el que se había debido cruzar sin darse cuenta. Bendita mala suerte. Está borracha, pero de algo que no es alcohol y aun así te sigue matando poco a poco. O eso cree. Porque no hay salidas que no la lleven a la puerta p