Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de julio, 2014

Conmigo.

No sabría describir el poder que te doy cuando me sonríes. Y tampoco sé hasta qué punto podría morirme de frío si no me abrazas en verano. Creo que voy a pasar de ponerle límites a la estupidez, contigo quiero ser el más imbécil del mundo. Imbécil por dejar que te atrevas a jugar con mis sentimientos. Por darte la virtud de cambiar mis noches, de enchufarme a la vida como un terremoto en pleno desierto. Me encanta la sensación, de que juegas, conmigo.                          Suena, no sé, a juntos.

Tu ventana.

El problema viene cuando dices que si fuera el último día de tu vida te lo pasarías follando, pero hoy no tienes a nadie con quien meterte en la cama. Supongo que es una de las consecuencias de estar más solo que el invierno cuando no corre viento. Y nunca pensé que estaría tan encerrado aquí dentro. Lo que no sé es si me apetece salir o quedarme así toda mi vida. Aquí no hace frío, al igual que cuando me abrazabas mandabas a Noviembre a meterle cuello al verano. ¿Recuerdas que te dije una vez, que jamás iba a olvidar tu risa? Le he puesto tu nombre a mi ventana, para que cuando me vuelva a asomar, el viento me acaricie como lo hacías tú, para que me susurre el vacío lo mucho que me quiere. No sé si podría evitar no tirarme, contigo tampoco lo hice, y bueno.