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Mostrando entradas de febrero, 2022

El abril que me robaron.

Podría ser más exacto a la hora de equivocarme, podría centrarme en el problema y partirlo en dos, en lugar de solucionarlo. Podría salir huyendo de donde soy feliz, así no malgastaré mi tiempo sintiéndome triste al haberme perdido. Supongo que la vida es eso, perderse y encontrarse, que te encuentren y que te pierdan. No sé con qué tipo de persona quedarme, con la que juró no hacerme daño o con la que siempre prometió cuidar de mí. Al fin al cabo, lo que más nos relaciona a las personas es lo diferente que somos. Podría no fiarme del tiempo, rechazar el oro, vivir con un sistema de reglas que se interpongan a mi voluntad, rezarte de rodillas, lamer tu orgullo, quedarme quieto cuando piso una granada. Podría haber hecho tanto que nunca, menos que jamás, lo mismo que alguna vez. Y al final intenté acercarme lo máximo posible al acierto: le hablé cara a cara al descuido, besé sus morros y le dije: - Quiero que tengas claro que el error de los dos, sigues siendo tú.