Hasta que la gota aprenda a colmar, supongo. Se supone que es así de necesario, como el albor trata a los ojos que lo contemplan. Buscando el rasguño de paz, la calada de sosiego. Nunca ha sido nunca. El azar se repite, la judería deshabitada. Intenté encontrar un columpio libre, no un parque vacío. Gusanitos llegan, gusanitos van. Unos mutan, otros matan. Unos flirtean, otros se estremecen. No son tan largos los años. Lleva siendo mentira desde ayer, desde que decidí creer. Desde que dije sí a lo que siempre dije no. Desde que las nubes se encierran a llorar. Desde que el desierto es capaz de ahogarse. Kilómetros de silencio, años luz de oscuridad. Así es la astronomía, un mausoleo de estrellas dignas de haber muerto. Ya casi estoy. Fermenté en la aceptación, calcinado hasta el hueso, como los huracanes se llevan hasta lo que no necesitan. Épocas catalogando momentos, canciones que consiguen sacar el sabor de la desgracia. He pecado, pero aún estoy planteándome si voy a arrepentirm