Eres un mar insufragable, la verdad más idónea, el momento perfecto en el lugar equivocado. No encuentro la manera exacta de llegar a ti. Me confundí con las indicaciones, seguí los pasos a rajatabla y acabé enjaulado en una cárcel de astillas. Siempre pude ver todo lo bueno, soy capaz de domesticar al vacío más inestable, ese que acojona a los invencibles. Eres inexplicable, como todo lo que casi no sucede. Pero pasas, ocurres, y el planeta se divide en dos. He superado las barreras de lo común, ya solo me queda volver a casa. No recuerdo mi hogar desde que fueron tus manos las que me guiaron hasta aquí. Olvidé el protocolo que intenté seguir para olvidar. Perdí la esperanza por no perderte a ti. Lo que realmente deja mal sabor de boca es lo que no te llegas a comer, y mis colmillos no saben gotear otra sangre. Soy todo corazón, raciones de tripas y secuelas en los párpados. Veo feliz al que no lo es del todo. Sonrío a la persona más triste del