Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de septiembre, 2014

nada más que añadir.

ya no me gusta escribir porque me he dado cuenta que intentar expresar con palabras de cierto modo lo que yo sé que podríamos haber construido con tu sonrisa y mi capacidad de ser un gilipollas, es algo, no imposible, sino lo que se le asemeja a esa palabra. Algo como tú y como yo, algo extraño que vaga de noche por las calles de nuestra ciudad pero se olvida de pasar por delante de tu puerta y de la mía. O tal vez sólo lo ignora, siendo consciente de que hay algo más que pisotear aquí, que debajo del fango que entierra nuestros pulmones hay un reloj haciendo TIC TAC que es capaz de hacer explotar al mundo si lo desea. no todo es cielo y estrellas, claro que tiene que haber nubes, pero que todos los días caiga este chaparrón encima de mi pues como que me toca un poco las ganas de quedarme contigo haciendo cosas raras en el sofá. Y del sofá pasar a la cama. Y allí pues desmontarla, amanecer, saber que se va a acabar y querer continuar hasta el final. Algo que puede que no entiendas nu

tantos engaños que.

y otra vez creo que me he equivocado de estación, pero se está tan agusto aquí. no me siento como si hubiera fracasado, porque mil trenes pasan y quizá vengas en uno de ellos. aunque sea de paso, aunque te bajes aquí, o si haces como que vienes y luego pasas de largo sin volver la mirada. pero tranquila, al final de la película no me voy a quedar a ver los créditos, intentaré coger aire y desear con todas mis ganas que, decidiera algún día subirme a un tren, y que fuese el correcto. El que susurraba tu nombre cuando sonaba el timbre dando la señal de que había llegado a su destino. y verte, verte y oírte no decir nada, solo que me transmitas esa sensación de que me llevas esperando toda la vida.

mist.

Creo que si la esperanza existiera de verdad, no nos tendría más tiempo separados. Alguna vez pensé que si fuera cierto que bajo la lluvia solo aguanta el que se quiere, estaríamos nosotros dos en medio de esa calle mientras la lluvia cae con la intención de matar a algún que otro poeta desolado. Sabes, el mundo sigue cayendo. Nos vio pasar de largo y Madrid no se lo creía. Si estábamos juntos en esto dime por qué me siento como si mi propia sombra hubiera elegido ser tu chaleco antibalas. Qué menos que dejar que me quiera un poco, ya que lo último que deseabas era que intentara darte lo mejor de mi. Y ahora no me arrepiento, de no haber podido darte más. En cierto modo, me dejé las buenas noches en cada rincón de tu habitación, algún que otro te quiero en el cajón de arriba de tu mesita de noche. Aún no se me han cumplido los deseos que solía pedir a las estrellas. Tal vez porque ya ni las estrellas fugaces me dejaban el tiempo necesario para intentar no echarte de menos. Mald

@yourscars_

Sabéis lo que es una chica triste un sábado por la noche. Lo mismo que el mejor día de tu vida no sea el mejor que hayas tenido, sino el menos malo. Me he perdido diecisiete años, incluso me arrepiento de no haber estado en los días en los que no pensabas en nada, solo en desgarrarte la piel de los huesos haciendo que el dolor saliera de dentro. Si no sale, hacemos que salga. Y hay mil maneras de hacer las cosas. Hay mil motivos por los que esas maneras están aquí rodeandonos con una soga. Una, está la vida que tenemos, esa que deseamos que acabe lo más pronto posible. Queremos otra diferente, no la que te hace cerrar los ojos ya no por miedo, sino por asco. He observado que de cierto modo siento que te conozco desde hace mucho tiempo, y en sólo dos días he visto lo que eres capaz de hacer con otro cuerpo que no sea el tuyo. Porque con el tuyo ya no quieres hacer nada. Pero yo con el mío quiero recorrer California, casarme y que se me olviden los anillos encima de la mesa. Y a

El espectador de mi destruccion.

Son las cinco de la mañana, y me ha dado por asomarme a la ventana, y mirar de frente a las cosas que nunca llegue a alcanzar. Lo reconozco, no he sido valiente. Aun no te he soltado. Lo cierto es que todavía le sigo dando la razón al quioskero, de lo genial que se nos veía juntos. Hace frio en verano. Me prometiste abrazarme si alguna vez sentia miedo. Siempre he sido muy de salir corriendo, pero nunca fue lo mismo correr con el corazón pendiente a tus brazos, los que me esperaban al otro lado de la calle. Se hace tarde, odio que el tiempo siga avanzando y se olvide por completo de mi. Nunca se me dio lo suficientemente bien no darte las gracias por haberte colado en mi caos, por haber puesto mi habitacion patas arriba cada vez que la luz se apagaba. Y todavía me parece mentira que te atrevieras a colocarme tan arriba. La de veces que hemos hecho historia, le ganamos mil pulsos al reloj. Me ganaste la partida, me hiciste ver que un sábado contigo en casa no era lo mismo que