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Mostrando entradas de 2022

La constante variable.

Cada vez que he tenido la terrible necesidad de escribir, latía en otro pecho la constante variable. Hurgar en las heridas de otro y sus respectivas prendas: las de sufrir, las de salir a bailar y, por consiguiente, esa bolita de fuego que emerge del mismo vapor que lo apagó la última vez. Vistas al futuro, la casa con jardín de tus sueños, el techo medio hundido por la decepción de las nubes. Quizá me exijo demasiado. Posiblemente esté en esa época que todos odian, la del conformismo, la feroz y ambigua etapa que empaña los cristalitos por donde una vez entró el sol, pero no se quedó porque odiaba lo que había en el interior. La constante variable en un pecho ajeno. Juraría por la sombra y la paz que aquello no fue tan fugaz. Que duró lo justito. Que debía estar en esa entraña y a la potencia equivocada. Que los decibelios no entienden de mareas, pero sumisos al mismo puente tumban una ciudad recién iluminada. Cada vez que tengo la terrible necesidad de escribir, confío. Porque entonc

Nuevos comienzos.

Tras nosecuánto tiempo separado de los libros (aunque no al cien por cien) he vuelto al lugar donde abrí la primera página. Me he visto maniatado al papel por el que un día perdí el juicio, al personaje por el que salté al vacío y a la historia por la que terminaré muriendo cualquier día. Tras probar otras artes e invertir tiempo en hacer música, he decidido volver a abrirme una cuenta literaria en Instagram, que por el momento actuará bajo el usuario de @litter.books Lo que haré con ella es una absoluta incógnita. Estoy a punto de terminar el grado de Filología y tengo varias cosas por resolver, pero la vuelta está cada vez más cerca. ¡Y en qué dimensión!  Nos volveremos a ver muy pronto por las redes sociales, con el contenido que a mí me gusta y por el que, muchos de vosotros, habéis llegado. 

Entrada sin nombre nº1

Escribo y los ojos se me cierran, pero escribo. Casi noto la bifurcación entre mis ganas y la anatomía de tus ideas, donde el odio se transforma en vértigo y, éste, en adrenalina. Podría seguir escribiendo sin abrirlos, que los culpables seguirán fingiendo ser inocentes por el miedo a la justicia. Qué sabrá la justicia sobre el misterio y la heterogeneidad. Preferimos la parte humana que no lo es tanto, que si te quiero más reviento y ya casi nadie pretende reventar. Cuando era pequeño mi piel sangraba y hoy es en ésta misma donde se erosiona la herida, yo quien me las hago, el paso del tiempo quien las echa de menos cuando se han cerrado. Estuve tantas veces a punto de reabrir una que acabé sintiendo ansiedad. Me critiqué bajísimo, por si me oía la sensatez, que para colmo estaba atada al árbol de mis genes. Inconsciente me hallé bajo el tumor que pretendí crear a tus días, para que jamás librases guerra más alta, profunda y fría. Al menos mantuve la compostura en el jardín, bajo la t

Vaticinio.

 Me he puesto a escribir en la solapa del ticket del autobús, justo debajo de donde dice: viaje simple 1,40 €. Me hizo gracia, porque apenas hay viajes simples hoy en día, ni siquiera aquellos que no te llevan a ningún sitio. Será que hoy no tenía ninguna cita interesante, que las labores de casa andaban esperando un beso de buenas noches y las caricias de mañana mientras las contemplo desde el sofá. Todo con una taza de leche bien calentita y una docena de galletas que sabe perfectamente que no terminaré la tarea, y luego vendrán a pedirme una segunda oportunidad a la hora de la merienda. Pero a la hora de la merienda quizá no esté en casa, puede que me haya engatusado el curro y esté convirtiendo el tiempo en seiseuroslahora. —Vaya, ya casi se me ha ido el día. — Pienso mientras vaticino el suspiro que vendrá después, con la insólita obligación de hacerme pensar que habrá merecido la pena. Sé perfectamente que merecer la pena es esclavizar la alegría, porque en cierto modo, el sinóni

Mi novela y yo.

  El título me recuerda un poco a Juan Ramón Jiménez y a su burrito, pero no es eso. Es que un miércoles, 16 de marzo de 2022 algo hizo clic. Algo me dijo "es esto", es ahora, rápido, corre, vuela, transita, engulle, escribe, vomita. Anoche no conseguí pegar ojo, intenté visualizar en un campo infinito de ideas la idónea, la que consiga hacer fluir la controversia y haga competencia a la desgana y al desinterés. Personajes, personajes y más personajes. Tengo muchos, pero, ¿son suficientes? Hay que buscar algo nuevo, novedoso, poco visto y a la vez, muy vistoso. ¿Adónde los llevo? ¿Los mato? ¿Los hago sobrevivir? ¿Les dibujo cicatrices en la cara? ¿Tatuajes? ¿Complejos? ¿Conseguirán que el final tenga sentido? ¿Y el final? No estaría mal dejar un final abierto para una posible segunda parte, ¿qué podría ocurrir? Lo tengo. Lo tengo todo. Escuchando un podcast a media noche decidí escribir hoy esta entrada. Me he levantado antes de lo previsto, he dormido relativamente poco pero

El abril que me robaron.

Podría ser más exacto a la hora de equivocarme, podría centrarme en el problema y partirlo en dos, en lugar de solucionarlo. Podría salir huyendo de donde soy feliz, así no malgastaré mi tiempo sintiéndome triste al haberme perdido. Supongo que la vida es eso, perderse y encontrarse, que te encuentren y que te pierdan. No sé con qué tipo de persona quedarme, con la que juró no hacerme daño o con la que siempre prometió cuidar de mí. Al fin al cabo, lo que más nos relaciona a las personas es lo diferente que somos. Podría no fiarme del tiempo, rechazar el oro, vivir con un sistema de reglas que se interpongan a mi voluntad, rezarte de rodillas, lamer tu orgullo, quedarme quieto cuando piso una granada. Podría haber hecho tanto que nunca, menos que jamás, lo mismo que alguna vez. Y al final intenté acercarme lo máximo posible al acierto: le hablé cara a cara al descuido, besé sus morros y le dije: - Quiero que tengas claro que el error de los dos, sigues siendo tú.

(Preso)ni(ficciones).

Ya no somos los mismos - le dije. Como si tuviésemos una misión nueva por desbloquear y Vida  hubiese dado ese giro de ciento ochenta grados que necesita Interior . Nada se podía comparar con Antes y ese que nos cambió fue Detonación ,   huésped de nuestra atrevida y valiente  Lucha . Antes era Uno y de vez en cuando, también fue Dos , porque Uno  era Otro  a la vez que Uno  tuvo que ser Uno mismo . Sin pliegues ni trueques a Destino . Teníamos a Vorágine , que nos avisaba de que Emergencia  estaba a punto de llegar a un cuerpo que no era el nuestro y, sin pensarlo ni un segundo, flotábamos hacia Vacío , que estaba por descuartizar a Día menos pensado . Hasta hoy no existió Batalla ,   que se suicidaría junto a  Dolor mucho antes de nacer, porque sabía que Derrota vencería. Intentando no perder a Calma , Calma  vino. Calma nos tranquilizó y Calma  hizo que nos fundiéramos en Abrazo . Abrazo sorprendió con Beso  y Beso  hizo todo lo posible porque siguiéramos siendo Dos en Uno  y Uno 

19/01/2022

Pisé en falso solo por alcanzarte a ti. A tus ojos, a tu yugular. Quería verme tan cerca de tu mundo que puse al mío en segundo plano, como si no fuese el tiempo quien desnuda a las personas que lo han dado todo. Confié en que nos hubiésemos equivocado, en que la paliza real solo era un aprendizaje más del libro de problemas que nunca llegamos a comprar.  Jamás fui a tus clases de empatía porque suelo llorar más con problemas ajenos que con los míos propios. No pedí disculpas al árbol que vio cómo nos marchamos. Ni siquiera me digné a saludar al camino que me dejaste por delante. Estuve un rato inmenso quieto, parado, observando reacciones externas, puliendo al máximo mi inconformismo hacia una situación inevitable. A día de hoy sigo sin comprender cómo comprendes el hecho de que tu cabeza, haya solapado a tu corazón. Porque, vida mía, tengo un nudo tan inmenso en la garganta, que me imposibilita caminar con el alma, pensar con los ojos, besar con las manos. Supongo que solo me queda e