Ir al contenido principal

Bajo cero.

Apostaría y empezaría todo esto por el final, pero las cosas se complican
si tu ya no estás en mis finales.
Si ya después de despedirnos
no miras atrás por si yo también 
lo hago. Porque lo hago. 
Las cosas tropezaron cuando,
por inercia,
dejaste de ver al mundo como 
nuestro reflejo al pisar un charco. 
Nos hicimos polvo cuando 
el invierno decidió ponerle un 
grado menos a todo esto,
cuando el brillo de tus ojos 
se disfrazó de querer seguir aquí,
mientras todo el resto de tu cuerpo
había salido corriendo. 
Porque el hielo quema,
y tu risa da vida. 
La suerte habla por ahí de ti,
y vaya si da envidia. 

Empezar por querer, y querer acabar por quererse. 
Ojalá el amor fuera poesía, chocolate,
películas y palomitas. 
Y no tú, ni las caricias porque sí.
Me cuesta mirar a través de ti,
y si te quitas del medio me quedo ciego.
Será cierto que no quise darme la vuelta,
pero es que tu paisaje era tan bonito.

No sé, por estas cosas no me gusta volver a escribir. Lo siento. 



Comentarios

  1. esta perfecto*-* ,quieres volver a ver el reflejo de algo incierto pero cuesta volver al pasado y recordar cada detalle ,una sola opción mira hacia delante algo nuevo te espera

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, es algo extraño, y ojalá sigáis comentando y haciendo que no deje de escribir.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

A mi pesar.

 Me ha tocado ser indeleble. Adoptar al viento por la envidia del levante y la ley de la atracción que supone manejar el campo de visión que se me otorga a casi trescientos sesenta grados. Nunca tengo la periferia cubierta del todo. Siempre hay un atisbo, un espejo en ángulo muerto, un visor retro que me dice hasta cuándo estuve y la escala del cómo.  Ahora me ha dado por diseñar gráficos para comparar mi vida y obtener las malditas analíticas de cuánto he mejorado desde que nos despedimos. Lo jodido es que lleva casi un año sin actualizarse porque no tengo tiempo para pararme a pensar. Estoy mejorando, pero no sé medir la velocidad ni los peldaños. No sé en qué flaqueo ni lo que supero con creces. Mi vida es una expectativa. La realidad es que estoy cómodo, no sufro de más pero no dejo de sentirme insuficiente. La diferencia es que es muy diferente. Antes tendía a echarme a llorar y ahora suelo atenuar la importancia hasta alterar la indiferencia que me causa con respecto al ...

Ya no quiere ser fuerte.

Ya no salta. Piensa que se ha hecho mayor y que ya nadie quiere jugar a ser el astronauta que va saltando sobre sus lunares. Dice que está triste, que el mundo está triste. Y eso la hace estar más triste aún. Se le ha escapado una sonrisa, corred y pedid un deseo. Deseo no estar aquí. Deseo ser libre atada a sus brazos. No me acuerdo, pero era preciosa. Y educada, siempre me preguntaba si quería echar otro. Adivinadlo, no estoy hablando de pitis. Cuando el sol se pone su mundo se agita, se vuelca, se consume. No se siente capacitada para vivir sola, y define sola: sin ti. Mira por la ventana buscando excusas, un viento que venga con propósitos y dos cojones para reformar su corazón, su cajita fuerte. Grita a sabiendas de que no la escuchan, pide auxilio en voz baja porque no quiere que nadie la suba a su espalda. Le dan miedo las alturas, pero volar es su hijo pequeño, el amor arcano del que no ve sólo porque no quiere ver. Hace laberintos en su mente, se pierde por un mundo que...