Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de mayo, 2016

Cosas que nunca supe.

Y deciros, que no todo iba a ser malo. Que detrás de todas esas señales que hacen con el pelo, mucho más allá de los ‘si no me hablas tú, yo tampoco lo haré’ había una pequeña vela que no perdía el ritmo a ese viejo piano que sangraba notas un poco confusas. Una bandada de respuestas que al llegar el invierno emigrarían a otro señor quizá un poco más alto que yo. Estoy seguro de que existen razones que nos tienen a nosotros. Encerrados en un armario, luchando contra nuestro jefe porque no nos paga lo suficiente. En la barra del bar, hablando de lo que pasó ayer en casa mientras no estábamos, porque seguíamos ahí. Me pone más el negro que el rojo, pero cualquier cosa seria me tira de los pelos. Es que a ver, no todos tenemos a alguien que nos eche su aliento por el cuello a la hora de dormir. Yo no sabía que debía sacar mi lado sensible cuando el color gris de su falda de los martes avisaba del mal tiempo. Ojo: debemos conocer muy bien a las mujeres si queremos comer lo que

Somos humanos.

    Existe la terrible sensación de no saber qué hacer con las ganas  de hacer algo, de hacernos a alguien.       Que tampoco iba a apuñalaros por la espalda, solo he pensado en la de veces que miramos a un sandwitch antes de comérnoslo. Por cierto, vaya vacío dejan las personas que agitan tu vida. Imagináos que queréis: no cansa menos por no levantarte de la cama. He estado peleando contra la posibilidad de que alguien juegue conmigo. He de decir, también, que no me caben los sueños debajo del colchón, que mientras alguien los persigue yo los escribo. Y os los cuento, sin importarme lo más mínimo que me los robéis.   Me he enganchado al olor de la ropa de una chica y he sido ludópata de incontables fracasos amorosos. Guay, te tiras sin hacer lo que más te gusta, no sé, tres días y ya te dicen que eres un dejao. Hacer lo que queremos, cuando queremos, como queremos y porque queremos es nuestro yo pequeño. Espero que no sigáis llamando suerte a objetos de la suerte,

Aquí tampoco es.

Entonces yo debí morir mogollones de veces. Cada vez que termino un libro, me caigo, escucho mi canción favorita, abro cada paquete de palomitas y holgazaneo en el sofá para ver una peli. Incluso de las veces que miras al reloj y ves, que los números coinciden. Que todo tenía sentido, o cada vez que cualquier cosa lo pierde. No soy consciente de la de puertas que he tenido que comprar a lo largo de mi vida para llegar hasta aquí. Y las llaves siempre las perdía por el camino. ¿Alguna vez os han dicho eso de que: cuando algo se acaba, es porque te está esperando algo mejor?. ¿Quién lo decide, y si ese algo mejor no encuentra el camino a casa?. El mundo es demasiado grande para estar buscando a la suerte, a esa niña pequeña que salió detrás de un hombre con montañas de caramelos en los bolsillos. Yo sólo espero que aquellas personas que llegan muy, muy profundo, no se asusten. Lo bonito es llegar hasta el final, pero no terminar nunca. Y con esto abrir un hueco para sentarme. Porque es v