Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de noviembre, 2015

Equi(distancias)

Hay un hombre desesperado porque ha perdido el tren, un reloj que se siente inútil: porque no puede cumplir cuando alguien desea que se pare. Semáforos en rojo, peleándose con la multitud. Tú al final, yo al principio. A ver si te alcanzo. Cuatro callejones lloran porque no hay luz que los aguante. Tres hojas caídas ven imposible el camino de vuelta a casa. Dos, quién diría que tú, quién apostaría porque yo, no nos crucemos en alguna vida. Una, ya mayor, fuerte y fría. Absurda la gritan. Culpable, de que los calcetines pierdan su par y no volvamos a encontrarlo. Obsesionada, porque tú por tu camino y yo por el mío, cuando el nuestro le da mil vueltas. Catástrofe, porque después de un sí, vienen treinta no. Infantil: el cuento que te cuentan cuando eres pequeño y no quieres creerte lo que pasa al final, porque es triste. Paraíso, cuando la superas y dices a tomar por culo en voz alta. Nerviosa, tú

Casi acierto, 43.

He tenido que dejar atrás al rencor, para que cuando me alcance sienta que me acaba de conocer, de nuevo. He tenido que colgar de un rascacielos para sentir miedo, para sentir miedo y que no sea a tu adiós. He tenido que caminar solo por la playa para intentar equivocarme, para convencerme de que has estado,                                                            así en pasado. He tenido que cambiar las cosas de sitio, para que esta vez no me recuerden a ti, o sí, pero no conmigo. He hablado con la luna y esta noche no pasa a buscarme. He tenido que descoserme las heridas porque ya no escuecen si no eres tú quien me las cura.  He tenido que prometer que seré fuerte, que volveré a mirar al frente, que conseguiré ver más allá de lo que dejaste. He tenido que contar los días que estuve antes de ti, y aún no me salen las cuentas. He temido tenerte, te he tenido, y ahora temo no hacerlo. Me he caído de la escalera,