Peter Pan era perfecto y hasta su sombra le abandonaba de vez en cuando. Tenía que coserla para atarla a él, como me pasa a mi con las cicatrices. Mis heridas son tan profundas que me da vértigo mirarlas de frente. Y es que es jodido, porque cuando quiero olvidarte empiezan a escocer, empiezas a doler y deseo que el dolor cese, pero entonces vienes como si nada hubiese pasado. Como si tú nunca hubieras creado un vacío que nadie jamás podrá llenar. Y joder, ese agujero me está matando. Al final me traspasará, me ahogaré en el silencio de tus despertares mientras busco alguna palabra de aliento que me salve la vida. Tengo miedo, miedo a no verte raspar mi espalda con tus uñas, con la inocencia de como cuando íbamos al cine y nos olvidábamos de la película. Tú y yo. Protagonistas.