Ir al contenido principal

La envidia señor Mundo, que es muy hija de puta.

Tengo la peor memoria del mundo. Pero esa noche era sábado, y ella llevaba la sonrisa más bonita de todo el parque.
Sabes cuál es mi punto débil, ¿eh? Su puta sonrisa. ¿Y quién no se muere por ella? Por tenerla a menos veinte centímetros de mi boca. Quién me iba a decir a mi que la cosa más bonita del mundo sería tan estremecedora. De verdad Señor Mundo, lo tuyo se pasa de castaño a oscuro. ¿Por qué eres tan cabrón?
Déjame ser feliz junto a sus labios, que es el único sitio donde me siento seguro, joder. Que por ella mato monstruos.
Vamos no me jodas. ¿No te gusta verla así? Mírala, pero si es preciosa.
A veces tu punto débil, también se puede convertir en tu punto fuerte. ¿Sabes? Su sonrisa duele si me la quitas, pero cuando la tengo, me crezco de tal manera que me hago inmortal. Me podría pasar mi puta vida describiendo lo perfecta que es su jodida sonrisa. Y no me vengas con estas, déjame hacer historia con ella. No te metas en nuestra vida tío. Hay miles de millones de personas en el mundo, y tienes que venir tú a jodérnosla a nosotros. ¿Pues sabes qué? Que te vas a cagar. Tú no sabes qué es esto del amor. ¿Que si la quiero? De aquí al planeta más lejano, ida y vuelta, y a pasitos de caracol, chaval. Esto no muere porque tú lo digas y punto. Esto muere porque lo digamos nosotros, para algo somos los protagonistas. Y qué si nos cuesta, sé que podemos con todo, sólo tenemos que apretarnos contra el aire tan fuerte, de tal forma que hagamos desaparecer el espacio que nos separa. Mientras haya una milésima, miles de milésimas de una parte de oportunidades de que pase, vale la pena intentarlo. Después de todo, amar es saber que te vas a estrellar, y aún así acelerar, ¿no? Pues déjalo, déjanos escribir nuestra propia historia. Déjanos ser felices, aunque no comamos perdices. Aunque pueda que acabemos mal, me da igual, me la suda, estoy dispuesto a darme la hostia de mi vida. Porque, ¿sabes? Si es verdad que hay amores que matan, yo estoy seguro de que no habrá muerte más bonita.

Comentarios

Entradas populares de este blog

A mi pesar.

 Me ha tocado ser indeleble. Adoptar al viento por la envidia del levante y la ley de la atracción que supone manejar el campo de visión que se me otorga a casi trescientos sesenta grados. Nunca tengo la periferia cubierta del todo. Siempre hay un atisbo, un espejo en ángulo muerto, un visor retro que me dice hasta cuándo estuve y la escala del cómo.  Ahora me ha dado por diseñar gráficos para comparar mi vida y obtener las malditas analíticas de cuánto he mejorado desde que nos despedimos. Lo jodido es que lleva casi un año sin actualizarse porque no tengo tiempo para pararme a pensar. Estoy mejorando, pero no sé medir la velocidad ni los peldaños. No sé en qué flaqueo ni lo que supero con creces. Mi vida es una expectativa. La realidad es que estoy cómodo, no sufro de más pero no dejo de sentirme insuficiente. La diferencia es que es muy diferente. Antes tendía a echarme a llorar y ahora suelo atenuar la importancia hasta alterar la indiferencia que me causa con respecto al ...

Ya no quiere ser fuerte.

Ya no salta. Piensa que se ha hecho mayor y que ya nadie quiere jugar a ser el astronauta que va saltando sobre sus lunares. Dice que está triste, que el mundo está triste. Y eso la hace estar más triste aún. Se le ha escapado una sonrisa, corred y pedid un deseo. Deseo no estar aquí. Deseo ser libre atada a sus brazos. No me acuerdo, pero era preciosa. Y educada, siempre me preguntaba si quería echar otro. Adivinadlo, no estoy hablando de pitis. Cuando el sol se pone su mundo se agita, se vuelca, se consume. No se siente capacitada para vivir sola, y define sola: sin ti. Mira por la ventana buscando excusas, un viento que venga con propósitos y dos cojones para reformar su corazón, su cajita fuerte. Grita a sabiendas de que no la escuchan, pide auxilio en voz baja porque no quiere que nadie la suba a su espalda. Le dan miedo las alturas, pero volar es su hijo pequeño, el amor arcano del que no ve sólo porque no quiere ver. Hace laberintos en su mente, se pierde por un mundo que...

Bajo cero.

Apostaría y empezaría todo esto por el final, pero  las cosas se complican si tu ya no estás en mis finales. Si ya después de despedirnos no miras atrás por si yo también  lo hago. Porque lo hago.  Las cosas tropezaron cuando, por inercia, dejaste de ver al mundo como  nuestro reflejo al pisar un charco.  Nos hicimos polvo cuando  el invierno decidió ponerle un  grado menos a todo esto, cuando el brillo de tus ojos  se disfrazó de querer seguir aquí, mientras todo el resto de tu cuerpo había salido corriendo.  Porque el hielo quema, y tu risa da vida.  La suerte habla por ahí de ti, y vaya si da envidia.  Empezar por querer, y querer acabar por quererse.  Ojalá el amor fuera poesía, chocolate, películas y palomitas.  Y no tú, ni las caricias porque sí. Me cuesta mirar a través de ti, y si te quitas del medio me quedo ciego. Será cierto que no quise darme la vuelta, pero es que tu paisaje era tan bonito. No sé, por estas co...