Nunca supimos que hacer con los quehaceres. Ahora solo somos como plantas que brotan en sentido contrario al sol. Renunciábamos porque el decir sí a lo que nos hace daño nos mostraba vulnerables. Siempre fuimos más de dar miedo. Hay personas que juegan con la consciencia inocente de que, el dolor, es el fruto que te hace fuerte por dentro mientras estás hecho mierda por fuera. Y así no hay quien sobreviva. Rompimos el puzzle porque llevábamos a rajatabla la idea de que lo que está completo no se adorna por si se estropea. Y ahora que estamos tristes tenemos muchísimas más posibilidades de que nos hagan felices. El trato era ese, devastador e ingenuo, como una manada de lobos que se disuelve para abarcar más terreno y así dar caza a la presa. Nos invadió la incertidumbre de poseer menos de lo que quisimos tener por si venía algún loco de remate a hacer trizas nuestros pensamientos. Ya sabéis, por eso de que si lo ordena otro luego no lo encuentras. Imaginaros que pasa lo mismo con el corazón. Que estaba en cualquier parte, latiendo, y yo echándolo de menos.
Me ha tocado ser indeleble. Adoptar al viento por la envidia del levante y la ley de la atracción que supone manejar el campo de visión que se me otorga a casi trescientos sesenta grados. Nunca tengo la periferia cubierta del todo. Siempre hay un atisbo, un espejo en ángulo muerto, un visor retro que me dice hasta cuándo estuve y la escala del cómo. Ahora me ha dado por diseñar gráficos para comparar mi vida y obtener las malditas analíticas de cuánto he mejorado desde que nos despedimos. Lo jodido es que lleva casi un año sin actualizarse porque no tengo tiempo para pararme a pensar. Estoy mejorando, pero no sé medir la velocidad ni los peldaños. No sé en qué flaqueo ni lo que supero con creces. Mi vida es una expectativa. La realidad es que estoy cómodo, no sufro de más pero no dejo de sentirme insuficiente. La diferencia es que es muy diferente. Antes tendía a echarme a llorar y ahora suelo atenuar la importancia hasta alterar la indiferencia que me causa con respecto al ...
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