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Consideraciones con respecto al olvido.

El olvido es una disciplina sin geometría
es igual que recordar a una chica sin rostro,
es como los espejos
que no se acuerdan de sus visitantes
unos segundos después
es una emoción sin nombre
volver a sentir nada.

El olvido es lo contrario a una cama desecha
es el rival de la tarde en que te fotografié desnuda
y es quien convierte tu corazón en una trinchera
y tu memoria en un vertedero de momentos dulces.

El olvido siempre cobra caro el amor
como una novia rencorosa.
Es el precio de haber amado y no haber sabido ganar
cuando apostaste todo a la casilla azul de su mirada.
Es correr en dirección contraria a las caricias
es una habitación con todo cambiado de sitio
pero sin nadie dentro
es la pregunta que llena los bares de gente
y la respuesta que llena los vasos de bocas.

También es el rincón concreto de la tierra que no sé habitar
porque mis mapas miran al pasado
porque tengo cien mil manchas con tu nombre en la memoria.

Sigue persiguiéndome de noche
el mensaje oculto de tus pendientes
tu silueta vista a contraluz
tu risa como una manzana abierta
tu pubis de anémonas sujetado por el sueño
la pura geometría nórdica de tu abdomen
que descendía hasta mí como una noche de verano.

En las estanterías no me caben más recuerdos
ya no hay más sitio para ti.

Acabo de tomar mi decisión:
hoy bajaré al parque y me sentaré
en un banco a esperar que las palomas
caminen alrededor de mi vida
y picoteen hasta que no quede
ni un grano de tu recuerdo.

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