Mejor ponerse triste que de ninguna manera. ¿No creéis? Total, solo es un sentimiento más. Estar triste no deja de ser una pieza fundamental de nuestra vida, incluso diría que a veces es más necesario de lo que podemos imaginar. La tristeza es el cajón de los objetos perdidos, la alfombra que me gustaría pisar con ella todos los días que me restan. La tristeza es el cojín de las lágrimas, la trinchera del que lleva demasiado tiempo siendo feliz, la hostia del que no la espera.
Describir una emoción siempre ha sido tan difícil como sencillo, como el tacto del agua y la sobredosis de algodón de azúcar que siempre cae el último día de feria. Las emociones son compleeeeetamente jodidas.
He sentido algunas de ellas que no sé qué significan, otras que me hicieron llorar y muchas, muchas de ellas, me sacaron una sonrisa. Se podría decir que a veces, nosotros, las personas, somos capaces de dominarlas y expandirlas por el mundo a aquellas personas que nos rodean. Sea para bien, o para mal.
Me cuesta pensar que no van de la mano, que siempre que una de ellas aparece, las demás se oprimen. No creo que funcione de este modo. Sin embargo, he llegado a pensar que todas las emociones: la tristeza, la felicidad, el agobio, el llanto, las fobias, la melancolía, la desesperación, la risa contagiosa. Creo que todas son una sola. Que se alimenta de nuestra situación y guía a nuestra vida hacia situaciones donde, a veces, resulta ser plato de buen gusto y otras, no tanto.
Pero al fin y al cabo no tenemos dónde elegir. A esto es a lo que me refiero. Que existe un tiempo limitado para cada una, como cuando éramos críos y en el parque nos teníamos que turnar para subirnos al columpio. Algo así.
Hoy estás feliz, mañana no. Ayer te querías morir y mañana puede que empiece una nueva vida. Es tan inexacto como parece. Las emociones duran lo que el primer bocado al aire, lo que tarda una hormiga en obedecer a los humanos.
Detrás de esto no tengo mucho más que decir. Llora. Salta. Ríe. Juega. Abraza. Siente.
Eso es lo que te hace mejor persona. Sentir. No hagas caso a otra cosa.
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