El problema viene cuando dices que si fuera el último día de tu vida te lo pasarías follando, pero hoy no tienes a nadie con quien meterte en la cama. Supongo que es una de las consecuencias de estar más solo que el invierno cuando no corre viento. Y nunca pensé que estaría tan encerrado aquí dentro. Lo que no sé es si me apetece salir o quedarme así toda mi vida. Aquí no hace frío, al igual que cuando me abrazabas mandabas a Noviembre a meterle cuello al verano. ¿Recuerdas que te dije una vez, que jamás iba a olvidar tu risa? Le he puesto tu nombre a mi ventana, para que cuando me vuelva a asomar, el viento me acaricie como lo hacías tú, para que me susurre el vacío lo mucho que me quiere. No sé si podría evitar no tirarme, contigo tampoco lo hice, y bueno.
Me ha tocado ser indeleble. Adoptar al viento por la envidia del levante y la ley de la atracción que supone manejar el campo de visión que se me otorga a casi trescientos sesenta grados. Nunca tengo la periferia cubierta del todo. Siempre hay un atisbo, un espejo en ángulo muerto, un visor retro que me dice hasta cuándo estuve y la escala del cómo. Ahora me ha dado por diseñar gráficos para comparar mi vida y obtener las malditas analíticas de cuánto he mejorado desde que nos despedimos. Lo jodido es que lleva casi un año sin actualizarse porque no tengo tiempo para pararme a pensar. Estoy mejorando, pero no sé medir la velocidad ni los peldaños. No sé en qué flaqueo ni lo que supero con creces. Mi vida es una expectativa. La realidad es que estoy cómodo, no sufro de más pero no dejo de sentirme insuficiente. La diferencia es que es muy diferente. Antes tendía a echarme a llorar y ahora suelo atenuar la importancia hasta alterar la indiferencia que me causa con respecto al ...
Jodidamente perfecto.
ResponderEliminar"El problema viene cuando dices que si fuera el último día de tu vida te lo pasarías follando, pero hoy no tienes a nadie con quien meterte en la cama."
ResponderEliminarTouché. Esperemos que no se acabe el mundo hoy...