Ir al contenido principal

Otro #microcuento.

Quizá sea un poco tarde para darme cuenta de eso de que Papá Noel y los Reyes Magos no existen. No sé, siempre he sido más de creer en algo aún cuando era evidente que me estaba dando con la realidad en las narices. Y era un dolor bonito, hasta que la realidad lo hace un poco triste. La Navidad siempre me ha venido grande tío, me sentía pequeño entre tantos regalos, tanta gente y tanto cariño y afecto. Pero yo me tenía que hacer mayor.

Ahora entiendo por qué Peter Pan no quería crecer. Porque todo esto nace, vive, viene y va. Y es jodido.
Desde hace un tiempo soy el chico triste de twitter, se meten conmigo porque soy un amargado y un gilipollas. Pero yo no sé que es peor, si abrir los ojos y esperar llevarte la ostia o seguir cegado hasta que la ostia pueda contigo.
Y ahora llega navidades y lo entiendo perfectamente todo, y mis lágrimas también lo entienden. Porque ya nadie pierde su tiempo en mandarme siquiera un difundio por whatsapp deseándome Feliz Navidad, cuando todos los años ha sido diferente. Mi padre ya no está para ayudarme a montar los juguetes, ni para verme sonreír haciendo rodar un coche teledirigido. Y las carcajadas de mi abuela en noche buena mientras lloraba por si seguiría el próximo año con nosotros era inigualable. Son tantas cosas que quizá yo solo entienda, que ya nadie se acerca a preguntar y mucho menos a darme un abrazo, que para colmo eso también se ha perdido. Cuando me rompo por dentro no quiero manchar a nadie con mis mierdas y me encierro en mi habitación a llorar sólo, pero qué más os da a vosotros, si la mayoría tenéis todo lo que queréis.

Comentarios

  1. Sí, ojalá nunca perdiéramos esa magia de la Navidad de cuando eramos pequeños. "Crecemos", nos "hacemos mayores", tenemos que hacerlo, pero eso no significa que toda la ilusión se vaya perdiendo por el camino, yo sigo dejando mi ventana abierta (La ventana siempre tiene que estar abierta, ¿recuerdas? Siempre.), no por nada, nunca se sabe...
    Te deseo unas Muy Felices Navidades, y sobre todo, "no la pierdas, la ilusión digo...".

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

A mi pesar.

 Me ha tocado ser indeleble. Adoptar al viento por la envidia del levante y la ley de la atracción que supone manejar el campo de visión que se me otorga a casi trescientos sesenta grados. Nunca tengo la periferia cubierta del todo. Siempre hay un atisbo, un espejo en ángulo muerto, un visor retro que me dice hasta cuándo estuve y la escala del cómo.  Ahora me ha dado por diseñar gráficos para comparar mi vida y obtener las malditas analíticas de cuánto he mejorado desde que nos despedimos. Lo jodido es que lleva casi un año sin actualizarse porque no tengo tiempo para pararme a pensar. Estoy mejorando, pero no sé medir la velocidad ni los peldaños. No sé en qué flaqueo ni lo que supero con creces. Mi vida es una expectativa. La realidad es que estoy cómodo, no sufro de más pero no dejo de sentirme insuficiente. La diferencia es que es muy diferente. Antes tendía a echarme a llorar y ahora suelo atenuar la importancia hasta alterar la indiferencia que me causa con respecto al ...

Ya no quiere ser fuerte.

Ya no salta. Piensa que se ha hecho mayor y que ya nadie quiere jugar a ser el astronauta que va saltando sobre sus lunares. Dice que está triste, que el mundo está triste. Y eso la hace estar más triste aún. Se le ha escapado una sonrisa, corred y pedid un deseo. Deseo no estar aquí. Deseo ser libre atada a sus brazos. No me acuerdo, pero era preciosa. Y educada, siempre me preguntaba si quería echar otro. Adivinadlo, no estoy hablando de pitis. Cuando el sol se pone su mundo se agita, se vuelca, se consume. No se siente capacitada para vivir sola, y define sola: sin ti. Mira por la ventana buscando excusas, un viento que venga con propósitos y dos cojones para reformar su corazón, su cajita fuerte. Grita a sabiendas de que no la escuchan, pide auxilio en voz baja porque no quiere que nadie la suba a su espalda. Le dan miedo las alturas, pero volar es su hijo pequeño, el amor arcano del que no ve sólo porque no quiere ver. Hace laberintos en su mente, se pierde por un mundo que...

Bajo cero.

Apostaría y empezaría todo esto por el final, pero  las cosas se complican si tu ya no estás en mis finales. Si ya después de despedirnos no miras atrás por si yo también  lo hago. Porque lo hago.  Las cosas tropezaron cuando, por inercia, dejaste de ver al mundo como  nuestro reflejo al pisar un charco.  Nos hicimos polvo cuando  el invierno decidió ponerle un  grado menos a todo esto, cuando el brillo de tus ojos  se disfrazó de querer seguir aquí, mientras todo el resto de tu cuerpo había salido corriendo.  Porque el hielo quema, y tu risa da vida.  La suerte habla por ahí de ti, y vaya si da envidia.  Empezar por querer, y querer acabar por quererse.  Ojalá el amor fuera poesía, chocolate, películas y palomitas.  Y no tú, ni las caricias porque sí. Me cuesta mirar a través de ti, y si te quitas del medio me quedo ciego. Será cierto que no quise darme la vuelta, pero es que tu paisaje era tan bonito. No sé, por estas co...