Si la amazonia hablara, apuesta y omnisciente, recalculando diámetros de boca a boca, aturdidas por la misma lengua que las interfiere. Si el agua ahogara al cuervo, hasta calumniarlo. Hasta que dejase de ser cuervo. Lo más peligroso que existe es una mentira cubierta de verdades. Ni las ninfas ni los asteroides, ni los nietos ni los estereotipos. Menos aún las bofetadas, todos quisimos doler menos. Paredes y paredes creando paredes y pinturas y pinturas creando más pinturas. El zorro y la zorra aún sirven de disfraz. El lobo aúlla mientras la luna gime y el león muerde mientras la cebra llora. El perro pasa siete tras uno y el gato vive una que vale por siete. Ay, si la amazonia hablara. Todos hechos de hechos echando de menos para explotar tras las vísceras de lo incompleto. La infinitud también tiene parte oscura desde que la luz empezó a temer a los lóbregos cisnes. Ya no existe oveja negra en el daltónico planeta ni habitan flores muertas en los cementerios. Todos dejamos un legado que olvidamos porque nos sigue quedando grande la semejanza de lo discontinuo a la perpendicularidad. He visitado menos a mi madre esta semana. Si la amazonia hablara, ya me habría convertido en piedra. Luego tropezaría hasta rondar los pensamientos de aquel que se consume tras la caída del ángel que por corona lleva un libro. Y lee, lee mientras se baña y se desprecia porque el Dios que todo lo crea se olvida de las flechas y del arco y de las botas que huella dejan. Ya no es un sinvivir sino sinmorir porque no puede morir aquello que se da por muerto. Clasificadas y ordenadas quedan las coartadas de asesino infiel que por frío no tuviese ni pies ni cabeza. Pero si el corazón no fuese artilugio natural del diablo nadie pecaría de ser querido. Porque ser querido es un arma de doble filo que atraviesa y raja y agrieta y a gritos. Cuando quieres defenderte ya no hay sabia ni gruta; pero sí un camino de arena que se para y se derrumba tras la montaña de ilusiones que añoran ser cumplidas. No hay misión más triste que cuidar a un prójimo que tiene más de próximo que de subsecuente. He empezado por la mitad porque el inicio aburre y desgana, aprieta y asfixia. He decidido empezar por la mitad para llegar con fuerzas a un final que clava horrores de metacarpos en muñecas de papel. Si la amazonia hablara no me hubiese desubicado al escribir este poema ni perdido la cordura, Qué sabréis vosotros sobre terminar cosas sin sentido. Ay, si la amazonia hablase. Tendría que explicaros por qué, cuándo y cuánto va a acabar con todos nosotros.
Hay un sonido monótono que, alba tras alba, ilumina la oscuridad de la calle. Podría decirse que se esconde entre las ruedas de los automóviles y nos da a elegir entre la acera y la calzada. Ambas están empapadas del mismo frío que disfraza a la atmósfera. El silencio no necesita armas de cuchillo ni fogueo precipitado, antes de pulsar cualquier gatillo, ya podría haber matado a algunas personas. Los días son interminables pero insuficientes, como si nuestra necesidad llevara el mismo nombre de la persona que la condenó. Agachando la cabeza vi a un hombre paseando a su perro y, si la levantaba, veía un sueño hecho pesadilla. Días comunes como ningún otro, en los que el sol tiene miedo a asomarse si no ve a nadie y donde las nubes no dibujan figuritas, ya que el viento no las lleva a ninguna parte. Hacía un día precioso y no había nadie para cuestionarlo. Para que un segundo pasase, debía presentarse como perdido y las ventanas, eran cárceles de amor y creatividad
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